Tejiendo historias

Fuente: La Jornada de Oriente (Tlaxcala)

Coral Avila

Nuestra Carta Magna consagra como derechos fundamentales la igualdad, la equidad y la no discriminación, a los que tienen acceso todos los hombres y mujeres, sin importar raza, credo, edad, sexo, profesión, origen, opinión o condición. Sin embargo, la realidad dista mucho de esta aspiración, por lo que se expidió la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, que busca, mediante un nuevo pacto ciudadano, recomponer las relaciones sociales entre los géneros a fin de conquistar la igualdad de oportunidades.

En dicho ordenamiento se destaca como un objetivo, para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, el de impulsar liderazgos igualitarios. Para ello, se hace necesario hacer visible el quehacer de las mujeres y sus contribuciones en los diversos ámbitos de la vida nacional, porque un líder es respetado por su trayectoria y reconocido por su comportamiento. Pero la historia de las mujeres es olvidada.

Ya Virginia Wolf destacaba la ausencia de las mujeres en la memoria de los pueblos, porque hemos aprendido, enseñado y escrito una historia, como lo menciona Michelle Perrot, enteramente ocupada por la gesta de los hombres.

Pero, ellas dónde quedan, porque construir liderazgos igualitarios requiere referentes históricos femeninos, pero quién nos habla de Amalia Robles Dávila, campesina y zapatista que obtuvo el grado de coronela en el Ejército Libertador del Centro y del Sur o de laValentina que se ganó un puesto reconocido como un soldado más de la tropa en el frente de batalla, portando dos carrilleras terciadas sobre el pecho, y con una carabina 3030 al hombro. Quién nos habla de Josefa Castelar, de su sencillez, heroísmo y valentía, o de la profesora normalista Paulina Maraver Cortés, de su convicción revolucionaria y su encarcelamiento por haber sido acusada de atentar contra el presidente Pascual Ortiz Rubio. Es tiempo para que la igualdad, la equidad, la no discriminación también sean parte de nuestra historia.