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viernes, 28 de agosto de 2009

“Por una foto, no me mataron”


Fuente: La Jornada de Veracruz

Córdoba, Ver.- “Gracias a una foto de mis tres hijos y mi esposa es que los militares no me mataron”, señaló afligido el ruletero del taxi número económico 804 de esta ciudad, Delfino Merino Ramírez, quien denunció haber sido golpeado por elementos del Ejército Mexicano el domingo pasado.

Entrevistado por la prensa local, narró que el domingo en la noche acababa de subir a un pasajero en la calle 12 sobre avenida 9; sólo avanzó una cuadra cuando los elementos del Ejército le cerraron el paso.

“Me paré y atrás de mí venía un Tsuru gris, el cual venía a exceso de velocidad, intentó echarse de reversa, los militares hicieron dos disparos al aire, narró el conductor y comentó que minutos después los elementos castrenses comenzaron a golpear al sujeto que venía en el automóvil, luego lo bajaron a golpes”.

Merino Ramírez, aún con las secuelas de la golpiza de elementos del Ejército Mexicano el domingo pasado, señaló que luego de haber sido golpeado lo llevaron con violencia al cuartel que tienen instalado en la aeropista “Juan Fernando Perdono”, en esta misma ciudad.

“Cuando acabaron de revisarme, uno de ellos me dijo que me podía ir (…) pero de repente llegó otro y me dio un golpe en la cara y me empezó a patear. Me golpearon en las costillas, en la cara, en la cintura, se llevaron mi dinero y reloj”, relató.

Narró el taxista del auto número 804 que después uno de ellos le puso una pistola en la espalda diciéndole que hablara y si no, lo matarían (…) Fue gracias a una fotografía de sus tres hijos y esposa que lo dejaron libre, precisó el joven de 23 años que lleva de ruletero apenas año y medio.

“Me dijeron que gracias a mis hijos y esposa no me mataron, después de tantos golpes me dejaron ir y ya del pasajero no supe nada, fue como media hora que estuve privado de la libertad; el camión militar era el 0882721”, detalló.

Lamentó que su patrón, a pesar de los hechos, lo haya despedido sin ninguna justificación además de no haberle dado una liquidación ni apoyo: “mi patrón me dijo que me la arreglara como pudiera, que él no haría nada por mí”, dijo afligido.

El único respaldo que ha tenido –agregó– fue el de su familia y compañeros de trabajo, quienes se manifestaron por las principales calles de la ciudad para exigir la salida de elementos del Ejército Mexicano, a quienes acusaron de hostigarlos constantemente.

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