Fuente: El Periódico
Laura Itzel Castillo
Difusión: AMLO TV
El pasado 30 de octubre, las legisladoras Kattia Garza Romo, del Partido Verde Ecologista de México y Karla Daniella Villarreal, del Partido Nueva Alianza, obtuvieron licencia para separarse del cargo. La primera lo hizo para que entrara su esposo, Guillermo Cueva Sada, y la segunda le cedió su lugar a Gerardo del Mazo, sobrino del ex gobernador mexiquense Alfredo del Mazo. Al ser cuestionado el presidente de la Mesa Directiva, el panista Francisco Ramírez Acuña las justificó por “motivos de salud”.
El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) ordena en su artículo 219 que de la totalidad de solicitudes de registro, se deberán integrar con al menos el cuarenta por ciento de candidatos propietarios de un mismo género.
El espíritu es claro: asegurar la participación equitativa de hombres y mujeres en el ámbito público. Particularmente, lo que busca es abrir espacios de participación a la mujer en un país en el que impera la cultura patriarcal.
Las cuotas de género, mundialmente utilizadas, forman parte de los mecanismos temporales correctivos, en tanto exista discriminación. Sin embargo, para burlar la ley hay forma. La trampa radica en cumplir con el requisito señalado específicamente para las candidaturas de las propietarias, y meter como suplentes a los varones. ¡A que diputadas quitapón!
De acuerdo a la normatividad, cuando un legislador pide licencia se debe decir el motivo de la separación y la temporalidad. Aquí ninguna de las dos cuestiones quedó clara. Según el beneficiario de Kattia Garza, su esposo Guillermo Cueva Sada, del partido de la telebancada verde: Kattia está delicada de salud, pues está esperando gemelos y le recomendaron reposo, pero que seguramente regresará. ¡Si como no! Ya te creímos.
En el caso de Karla Villareal, del Partido Nueva Alianza (Panal): su suplente Gerardo del Mazo, aún no se ha presentado. Según dicen: ella tuvo complicaciones con su embarazo y perdió al bebé. Del Mazo ahora podrá presumir, que no votó a favor de los impuestos, pues todavía no ha rendido protesta.
Queda claro: quienes tienen problemas de salud, no son las legisladoras, son las instituciones.
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