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viernes, 16 de octubre de 2009

Inminente, el colapso económico de Nuevo Necaxa a cuatro días de ser liquidada LFC


Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)

JAVIER PUGA MARTÍNEZ

A cuatro días de que fue liquidada Luz y Fuerza del Centro (LFC), el municipio de Juan Galindo, Puebla, ya se prepara para irse a la quiebra y que su cabecera, la ciudad de Nuevo Necaxa, se convierta en un “pueblo fantasma”.

Los pobladores creen que en menos de tres meses comenzará el éxodo masivo de pobladores en busca de empleo “de lo que sea” en las ciudades de Puebla, México, Pachuca, Tuxpan, Tampico, Matamoros y, por supuesto, EU.

Para los más ancianos la opción es empezar de nuevo, reconstruir a Nuevo Necaxa, “porque la vida sigue”. Pero para los jóvenes sólo es cuestión de días para que la delincuencia y la inseguridad se disparen.

De acuerdo con el alcalde Luis Gerardo Martínez Gómez, la economía local depende en un 80 por ciento de la actividad de la planta generadora de energía eléctrica de Nuevo Necaxa. El 20 por ciento restante es resultado del comercio entre los habitantes de este lugar, ubicado en plena Sierra Norte poblana; es decir, se trata de una economía dinámica directamente ligada a LFC. De hecho, este lugar de 10 mil habitantes nació por la creación de la hidroeléctrica hace un siglo. Al menos 8 mil personas tienen familiares que dependían de la paraestatal.

En Nuevo Necaxa los alimentos no escasean, pero sí el dinero para comprarlos: tan sólo hoy la presidente del Sistema Municipal DIF, Mariela Chío, empezó el reparto de 300 despensas para igual número de familias de trabajadores electricistas consistentes en un kilo de soya, un kilo de frijol, medio kilo de atole de vainilla y una lata de atún.

Esas despensas fueron producto de la gestión que Chío hizo en algunas empresas de la región, las cuales donaron los alimentos, pues ahora responden a la ayuda que en algún momento recibieron de los electricistas.

Para los habitantes de Nuevo Necaxa esto fue un shock, ya que jamás imaginaron que un día se formarían en una larga fila para recibir comida. Algunas ancianas jamás habían recibido una despensa, y otras más supieron lo que es formarse y no alcanzar a recibir nada.

Para Jaime Esteban Granados, líder de los locatarios del mercado municipal, el impacto del cierre de LFC es “devastador”, pues no sólo se les está echando a perder comida por la falta de ventas, sino que hoy dejaron de ir a abastecerse de productos en el tianguis regional de Tulancingo, Hidalgo. Entre el domingo y el miércoles de esta semana, las ventas en el mercado local cayeron un 70 por ciento.

Puso como ejemplo que tan sólo él compra 15 mil pesos de mercancías a la semana, pero hoy decidió quedarse en su negocio porque simplemente no hay dinero.

En mueblerías, tiendas de zapatos, de ropa y otros negocios ya fueron cancelados los pedidos de mercancías para la temporada de fin de año, y en el caso de quienes ya los habían recibido fueron regresados.

En entrevista con La Jornada de Oriente, Martínez Gómez afirmó que tras una primera evaluación del impacto económico que ocasionó LFC se espera que los ingresos propios –cobro de impuesto predial, de derechos y servicios– caigan hasta en un 90 por ciento para el próximo año, lo que sin duda repercutirá en la formación del presupuesto de egresos de 2010.

Esto a su vez repercutirá en la creación de obra pública, por lo que varios proyectos de infraestructura quedarán suspendidos, ya que el gasto se destinará a la seguridad alimentaria de los habitantes de Nuevo Necaxa, afirmó el edil, quien agregó que incluso echará mano de los recursos del ramo 33 para la compra de comida.

Martínez Gómez se reunió ayer por la tarde con Mario Marín, con quien acordó la aplicación de un programa de empleo temporal –que incluirá una capacitación pagada por tres meses–, además de que el mandatario le aseguró que los cerca de 2 mil trabajadores de la extinta LFC continuarán contando con el IMSS, pues así se lo garantizó la Federación a Marín.

El edil indicó que ya se analiza a la industria turística como una de las opciones que les queda a Nuevo Necaxa, los atractivos de la serie de presas que están en las inmediaciones del municipio y el de Huauchinango podrían mantener a la economía local, aunque no de igual forma que LFC.

Sin embargo, las autoridades esperarán hasta saber en manos de quién quedarán, pues tanto las presas y otras instalaciones consideradas por los pobladores como un auténtico “museo viviente”, por la cantidad de equipos eléctricos de más de 100 años de antigüedad que aún funcionan combinados con bellezas naturales, eran propiedad de LFC.

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